domingo, 13 de enero de 2013

El balcón de Manet


Hoy me apetece hablar de esta gran obra, de 1869 expuesta en el salón de ese mismo año. En esta obra aparecen retratados, su cuñada Berthe Morisot, Antoine Guillemet y la violinista Jenny Claus. Manet realiza un homenaje a Goya copiando la composición de su cuadro.

Berthe Morisot, que según las malas lenguas de la época, estaba enamorada de Manet y que al final se casó con su hermano, fue a ver su retrato en la obra el día de la inauguración y escribió a su hermana Edma:

 "Uno de mis primeros cuidados fue dirigirme a las Sala M. Allí encontré a Manet con aire atontado. Me pidió que fuera a ver su pintura porque él no se atrevía a adelantarse. Nunca vi una fisonomía tan expresiva; reía inquieto, y aseguraba al mismo tiempo que su cuadro era muy malo y que tenía mucho éxito. Decididamente le encuentro un carácter encantador que me gusta muchísimo. Sus pinturas producen como siempre la impresión de un fruto silvestre o incluso algo verde; distan mucho de no gustarme. Estoy más extraña que fea (en el Balcón); al parecer el epíteto de mujer fatal ha circulado entre los curiosos."
"El pobre Manet está triste; su exposición como siempre, está siendo poco apreciada por el público, pero él siempre se asombra como si fuera la primera vez. Sin embargo me ha dicho que yo le traía suerte y que había recibido una proposición de compra por el Balcón. Me gustaría por él, pero tengo miedo de que no vuelvan aún a frustarse sus experanzas."
Y la madre de Berthe Morisot escribió a su hija, acerca de Manet:

"Te dice con mucha naturalidad que se encuentra a gente que le evita a fin de no hablarle de su pintura, y que, al darse cuenta de esto, le falta valor para pedirle a nadie que pose para él."

Pero Manet no tardaría en recobrar ese valor, ya que cuando conoció a Eva Gonzalès, de 20 años, hija de un escritor muy popular no dudo en pedirle que posara para él. Eva que en ese momento era alumna del pintor de moda, Chaplin, lo abandonó y entró como "alumna" en el taller de Manet, en la calle Guyot.

Berthe Morisot se sintió despechada por la presencia de Eva y sufrió al ver que la sustituían como modelo, le escribe a su hermana:

"De momento toda su admiración está concentrada en la señorita Gonzalès, pero su retrato sigue sin adelantar. Me dice que ha llegado ya a la cuarenta sesión y ha vuelto a borrar la cabeza. Es el primero en reírse."
"Los Manet han venido a vernos. Han visitado el taller. Con gran sorpresa y alegría por mi parte, he merecido los mayores elogios. Parece que decididamente vale más que Eva Gonzalès. Manet es demasiado franco para poder engañarse. Estoy segura de que le ha gustado mucho. Sólo que me estoy acordando de lo que dijo Fantin: siempre encuentra bien la pintura de la gente por la que siente afecto."
Manet admiraba en especial una tela que Berthe había hecho recientemente en Lorient, y que representaba a su hermana Edma, "Vista del pequeño puerto de Lorient", encantada por los cumplidos de Manet, le regaló el cuadro.