miércoles, 26 de diciembre de 2012

Voy a poner otra gran obra (y la última) de Manet, Le Bar aux Folies-Bergère, fechado en 1882 (pintado, sin embargo, en 1881) expuesto en el salón de 1882 fuera de concurso. Esta obra le costó terribles esfuerzos a Manet que sufría ya de ataxia locomotriz. quedó defraudado de que el público se negará de nuevo a comprender su obra y viera el tema en lugar de su ejecución.

En una carta a Albert Wolff, no pudo evitar decirle "no me molestaría leer, por fín, mientras aún estoy vivo, el sorprendente artículo que va usted a consagrarme después de mi muerte". Tras las clausura del Salón, Manet por fín fue oficialmente nombrado caballero de la Legión de Honor. Cuando el crítico Chesneau le felicitó y le transmitió los cumplidos del conde Nieuwerkerke, Manet le respondió "cuando escriba a Nieuwerkerke, dígale que le agradezco que se acuerde, pero que también él habría podido condecorarme. Habría hecho mi fortuna; en cambio ahora es demasiado tarde para reparar 20 años de fracasos...".

Manet murió el 30 de Abril de 1883. El artículo necrológico de Albert Wolff no hubiera satisfecho a Manet, ya que Wolff juzgaba que Manet había creado como máximo dos telas susceptibles de ir al Louvre, y acababa así: "Morir a los 50 años y dejar tras sí dos excelentes páginas dignas de ser recogidas entre las manifestaciones de la pintura francesa, es ya suficiente gloria para un artista".


Como hoy estoy revolucionaria pondré esta obra maestra de Eugene Delacroix, El 28 de Julio: la Libertad guiando al pueblo, de 1830.

El levantamiento polaco de 1830-1831 inspiró en la Europa occidental casi tanta simpatía como la guerra de los griegos. Pero la insurrección polaca suscitó menos interés entre los artistas que la guerra por la independencia griega, ya que vieron en ésta no sólo una expresión de nacionalismo y liberalismo, sino un reflejo agrandado de su propia lucha por liberarse de las reglas académicas de la Grecia antigua. Era frecuente la fusión de las ideas e ideales artísticos y políticos.

Esta obra que es una combinación de alegoría y realismo, de pintura histórica y reportaje, no fue bien acogida al ser expuesta por primera vez en el salón de 1831. La compró el estado, pero estimó que era demasiado incendiaria para mostrarlo en público mucho tiempo ( fue expuesta de nuevo después de la Revolución de 1848 y también en 1855, pero sólo unas semanas y no se puso al alcance del público de forma permanente hasta después de 1861).

Representa a la Libertad con el fusil con la bayoneta calada en una mano y en la otra la bandera Tricolor, flanqueada por un gamin blandiendo dos pistolas, un burgués con sombrero de copa y un proletario esgrimiendo un sable, avanzando hacía el espectador y vuelve la cabeza para animar a sus seguidores. Pese a su parecido físico con la Grecia de las ruinas de Missolonghi, representa una concepción de la libertad no negativa, sino positiva. Y los cadáveres de tamaño natural del primer plano, uno de los cuales recuerda "La balsa de la medusa", representan como los individuos pueden ser sacrificados a los ideales políticos. 

El cuadro parece reflejar un conflicto no superado entre la libertad personal y artística que Delacroix reclamaba y un libertarismo político que cada vez le resultaba más de temer. Fue un conflicto al que hubieron de enfrentarse todos los románticos.


sábado, 15 de diciembre de 2012

Hoy pondré una obra del romanticismo, de Ludwig Schnorr von Carolsfeld, "El salto desde las rocas" de 1833. Oleo sobre tabla, 74x44cm, Schweinfurt, colección Georg Schäfer. 

El cuadro ilustra un poema de Friedrich Kind, Der Kränzelbusche (1825), que narra cómo una pareja de jóvenes prefiere suicidarse antes que permitir que su señor feudal ejerza el droit du seigneur (que aunque era letra muerta, no fue formalmente abolido en Austria hasta 1848).


jueves, 6 de diciembre de 2012

Hoy el friso de la vida de Edvard Munch.

EL FRISO DE LA VIDA (1889-1909)

Los años entre la anotación de 1889, en el Diario de Saint-Cloud y 1909, cuando Munch sufrió un colapso nervioso, son los años en los que se realizó la parte esencial de los cuadros titulados Friso de la Vida
El nombre no se puso al principio, era sólo una idea general del artista que se desarrolló con el paso de los años. Nunca se ha podido establecer cuántos cuadros pertenecen al friso, pero hay un grupo central de pinturas que forman parte sin duda, ya que el propio Munch mencionó como tales.

En la exposición de Berlín, de 1893 una sucesión de sus cuadros se 
presentó como La vida del hombre (Ein Menschenleben), y como una serie titulada De la vida moderna del alma.
En 1895, un ciclo fue titulado Amor. Todos contenían cuadros pertenecientes al Friso.

En 1918, el propio artista, escribió un comentario sobre el friso: 
"He trabajado en el Friso de tanto en tanto durante más de treinta años. Los primeros bocetos datan de 1888-1889.  
El beso, el llamado El bote amarillo, El enigma, Hombre y mujer y Miedo, fueron pintados en 1890-1891, y se expusieron por primera vez, en el Tostrup Garden, aquí en Oslo, en 1892 y, en ese mismo año, en mi primera exposición en Berlín.
Al año siguiente se añadieron nuevas obras a la serie, incluido El Vampiro, El grito y Madona, y se expusieron en la Berlin Sezession. [...]
Finalmente el friso se expuso en la Blomqvist´s de Oslo en 1903 y 1909. Algunos críticos de arte han intentado probar que el contenido intelectual del friso estaba influido por las ideas alemanas y por mi contacto con Strindberg en Berling. Espero que los hechos anteriores bastarán para refutar dicha afirmación. [...]
El friso está concebido como una serie de pinturas que reunidas representan un cuadro de la vida. A lo largo de toda la serie se extiende el ondulador perfil de la orilla del mar. Más allá de ella está el mar en continuo movimiento, mientras que bajo los árboles está la vida en toda su plenitud, su variedad, sus alegrías y sus sufrimientos. El friso es un poema sobre la vida, el amor y la muerte. El tema de uno de los cuadros, Hombre y mujer en el bosque, que muestra dos figuras, es quizá algo distinto a los demás, pero tan necesario en el friso en su conjunto como la hebilla en un cinturón.
Es el cuadro sobre la muerte como un aspecto de la vida, el bosque que absorbe su alimento de los muertos, y la ciudad que se eleva más allá de las copas de los árboles. Retrata las energías vigorosas que sustentan nuestra vida..."

Hay una unidad en los cuadros del friso, no sólo la unidad entre el concepto y la tensión interior, sino también una unidad formal. Forman un todo, Munch pretendía que el Friso de la vida, el relato del destino del hombre, se expusiera en una sola sala. Su idea sobre el arte monumental tenía una función fundamentalmente social. Su deseo nunca se cumplió y los cuadros han sido dispersados. Esto genera dudas sobre si llegó a completarse. Munch escribió sobre esta cuestión:
"Habría considerado un error el haber finalizado el Friso antes de que se dispusiera de una sala para su exposición y de los fondos para acabarlo".
"Sólo ahora he conseguido reunir lo que quedo de ello para que, de algún modo, se corresponda con lo que era hace 20 años atrás, pero ha seguido siendo un torso".

Y sobre la unidad dijo:
"Es para mi incomprensible que un crítico, que es al mismo tiempo pintor, sea incapaz de encontrar relación alguna entre los distintos cuadros del ciclo. Ningún tipo de relación, afirma. La mitad de los cuadros tiene una afinidad tan fuerte que podría muy fácilmente reunirse para formar una sola composición larga. Los cuadros que muestran una playa y algunos árboles, en los que se mantienen los mismos colores, toman su tono predominante de la noche de verano. Los árboles y el mar proporcionan líneas verticales y horizontales que se repiten en todos los cuadros; la playa y las figuras humanas dan la señal de la vida que late exuberantemente,y los colores fuertes enlazan a los cuadros entre sí. La mayor parte de los cuadros son bocetos, apuntes, notas; y en eso reside su fuerza. No obstante hay que recordar que estos cuadros fueron pintados durante un período de treinta años: uno en una buhardilla de Niza; uno en una habitación oscura en París; uno en Berlín; unos pocos en Noruega, el pintor errando y viajando continuamente, viviendo en las más difíciles circunstancias, sometido a incesantes persecuciones, sin el más ligero aliento. La sala que decorarían más apropiadamente es quizás un castillo en el aire. Mi idea siempre fue que el Friso debería colocarse en una sala que estuviera provista de un marco arquitectónico adecuado para él, de modo que cada cuadro pudiera destacarse de manera individual, sin perjudicar el efecto del conjunto; pero, desgraciadamente, todavía no he conocido a nadie que pusiera ese proyecto en práctica. Un crítico observo con sarcasmo que ya estaba a punto de aparecer un mecenas que compraría un solar para el Friso y construiría una casa y la proveería de una sala especialmente diseñada para alojarlo. Por una vez tenía razón. Yo mismo he construido una casa para él, y si el crítico deja a un lado su orgullo, puede venir y verla".

De El grito de 1893, escribió en el Diario, Saint-Cloud:
"Una tarde estaba paseando por un camino, a un lado estaba la ciudad y, por debajo de mí, el fiordo. Me sentía cansado y enfermo. Me detuve a observar el fiordo: el sol se estaba poniendo y las nubes se teñían de color rojo sangre. Sentí que un grito atravesaba la naturaleza; me pareció que oía ese grito. Pinté ese cuadro, pinte las nubes como sangre de verdad. Los colores gritaban.Se convirtió en El grito del friso de la vida".

Diario, Saint-Cloud, 1889:
"En la realización de cada cuadro seguía las impresiones captadas por mi vista en momentos de intensidad. [...] Pintaba sólo los recuerdos, nada añadía, ni un detalle que no hubiera visto. De ahí la simplicidad de las pinturas, su aparente vacío". [...]
"Al pintar colores, líneas y formas vistas de un modo vertiginoso, lo que trataba de obtener es que ese talante vibrara como lo hace un fonógrafo. Éste fue el origen de las pinturas del Friso de la vida".

lunes, 3 de diciembre de 2012

Hoy lo voy a dedicar a una obra del romanticismo alemán que me encanta, Luise Perthes, de Phiipp Otto Runge, de 1805. 

Influenciado por las ideas de Schiller pintaba a los niños a la altura de los ojos no desde la perspectiva más elevada de los adultos.

Shiller: "los niños son lo que éramos; son lo que deberíamos volver a ser. En tiempos fuimos naturales como ellos, y nuestra cultura debe, por la vía de la razón y la libertad, hacernos regresar a la naturaleza", para él el niño representaba las potencialidades que el adulto no llegaba a realizar.

Runge: "tenemos que volvernos niños otra vez para conseguir la perfección". Decía que la gente no comprendía sus obras porque se negaban a contemplarlas como lo harían los niños.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Voy a empezar el blog con Victoria (nike) de Samotracia, una joya del barroco helenístico, fechada entorno al año 200 a.c., por el escultor de Rodas Pitócrito, situada en una de las escaleras del Louvre y la gente pasando de largo.

La Victoria fue dedicada en Samotracia por los rodios para celebrar sus victorias navales sobre las fuerzas de Antíoco III. 
Fue descubierta en 1863, en su localización original en el Santuario de los Grandes Dioses en Samotracia. Es uno de los pocos casos de escultura exenta cuyo emplazamiento original puede reconstruirse con exactitud. La base de la estatua tiene la forma de una proa de barco y la diosa está representada como si acabase de posarse sobre la nave, con sus alas todavía batiendo y sus ropajes aún flameando al aire, para coronar al capitán y la tripulación victoriosos. El efecto espectacular de la llegada de la diosa estaba realzado por la colocación de la proa que formaba su base en una fuente o estanque de dos niveles. Una pila de poco fondo sostenía arriba el barco, mientras en la pila inferior había grandes piedras redondeadas que posiblemente querían sugerir la orilla o el puerto del barco. Al efecto ilusionista contribuía además el hecho de que todo el conjunto estaba erigido en una terraza encima del teatro de Samotracia, desde donde se disfruta un panorama impresionante de todo el santuario hasta el valle y hasta la costa y el mar verdaderos.