jueves, 6 de diciembre de 2012

Hoy el friso de la vida de Edvard Munch.

EL FRISO DE LA VIDA (1889-1909)

Los años entre la anotación de 1889, en el Diario de Saint-Cloud y 1909, cuando Munch sufrió un colapso nervioso, son los años en los que se realizó la parte esencial de los cuadros titulados Friso de la Vida
El nombre no se puso al principio, era sólo una idea general del artista que se desarrolló con el paso de los años. Nunca se ha podido establecer cuántos cuadros pertenecen al friso, pero hay un grupo central de pinturas que forman parte sin duda, ya que el propio Munch mencionó como tales.

En la exposición de Berlín, de 1893 una sucesión de sus cuadros se 
presentó como La vida del hombre (Ein Menschenleben), y como una serie titulada De la vida moderna del alma.
En 1895, un ciclo fue titulado Amor. Todos contenían cuadros pertenecientes al Friso.

En 1918, el propio artista, escribió un comentario sobre el friso: 
"He trabajado en el Friso de tanto en tanto durante más de treinta años. Los primeros bocetos datan de 1888-1889.  
El beso, el llamado El bote amarillo, El enigma, Hombre y mujer y Miedo, fueron pintados en 1890-1891, y se expusieron por primera vez, en el Tostrup Garden, aquí en Oslo, en 1892 y, en ese mismo año, en mi primera exposición en Berlín.
Al año siguiente se añadieron nuevas obras a la serie, incluido El Vampiro, El grito y Madona, y se expusieron en la Berlin Sezession. [...]
Finalmente el friso se expuso en la Blomqvist´s de Oslo en 1903 y 1909. Algunos críticos de arte han intentado probar que el contenido intelectual del friso estaba influido por las ideas alemanas y por mi contacto con Strindberg en Berling. Espero que los hechos anteriores bastarán para refutar dicha afirmación. [...]
El friso está concebido como una serie de pinturas que reunidas representan un cuadro de la vida. A lo largo de toda la serie se extiende el ondulador perfil de la orilla del mar. Más allá de ella está el mar en continuo movimiento, mientras que bajo los árboles está la vida en toda su plenitud, su variedad, sus alegrías y sus sufrimientos. El friso es un poema sobre la vida, el amor y la muerte. El tema de uno de los cuadros, Hombre y mujer en el bosque, que muestra dos figuras, es quizá algo distinto a los demás, pero tan necesario en el friso en su conjunto como la hebilla en un cinturón.
Es el cuadro sobre la muerte como un aspecto de la vida, el bosque que absorbe su alimento de los muertos, y la ciudad que se eleva más allá de las copas de los árboles. Retrata las energías vigorosas que sustentan nuestra vida..."

Hay una unidad en los cuadros del friso, no sólo la unidad entre el concepto y la tensión interior, sino también una unidad formal. Forman un todo, Munch pretendía que el Friso de la vida, el relato del destino del hombre, se expusiera en una sola sala. Su idea sobre el arte monumental tenía una función fundamentalmente social. Su deseo nunca se cumplió y los cuadros han sido dispersados. Esto genera dudas sobre si llegó a completarse. Munch escribió sobre esta cuestión:
"Habría considerado un error el haber finalizado el Friso antes de que se dispusiera de una sala para su exposición y de los fondos para acabarlo".
"Sólo ahora he conseguido reunir lo que quedo de ello para que, de algún modo, se corresponda con lo que era hace 20 años atrás, pero ha seguido siendo un torso".

Y sobre la unidad dijo:
"Es para mi incomprensible que un crítico, que es al mismo tiempo pintor, sea incapaz de encontrar relación alguna entre los distintos cuadros del ciclo. Ningún tipo de relación, afirma. La mitad de los cuadros tiene una afinidad tan fuerte que podría muy fácilmente reunirse para formar una sola composición larga. Los cuadros que muestran una playa y algunos árboles, en los que se mantienen los mismos colores, toman su tono predominante de la noche de verano. Los árboles y el mar proporcionan líneas verticales y horizontales que se repiten en todos los cuadros; la playa y las figuras humanas dan la señal de la vida que late exuberantemente,y los colores fuertes enlazan a los cuadros entre sí. La mayor parte de los cuadros son bocetos, apuntes, notas; y en eso reside su fuerza. No obstante hay que recordar que estos cuadros fueron pintados durante un período de treinta años: uno en una buhardilla de Niza; uno en una habitación oscura en París; uno en Berlín; unos pocos en Noruega, el pintor errando y viajando continuamente, viviendo en las más difíciles circunstancias, sometido a incesantes persecuciones, sin el más ligero aliento. La sala que decorarían más apropiadamente es quizás un castillo en el aire. Mi idea siempre fue que el Friso debería colocarse en una sala que estuviera provista de un marco arquitectónico adecuado para él, de modo que cada cuadro pudiera destacarse de manera individual, sin perjudicar el efecto del conjunto; pero, desgraciadamente, todavía no he conocido a nadie que pusiera ese proyecto en práctica. Un crítico observo con sarcasmo que ya estaba a punto de aparecer un mecenas que compraría un solar para el Friso y construiría una casa y la proveería de una sala especialmente diseñada para alojarlo. Por una vez tenía razón. Yo mismo he construido una casa para él, y si el crítico deja a un lado su orgullo, puede venir y verla".

De El grito de 1893, escribió en el Diario, Saint-Cloud:
"Una tarde estaba paseando por un camino, a un lado estaba la ciudad y, por debajo de mí, el fiordo. Me sentía cansado y enfermo. Me detuve a observar el fiordo: el sol se estaba poniendo y las nubes se teñían de color rojo sangre. Sentí que un grito atravesaba la naturaleza; me pareció que oía ese grito. Pinté ese cuadro, pinte las nubes como sangre de verdad. Los colores gritaban.Se convirtió en El grito del friso de la vida".

Diario, Saint-Cloud, 1889:
"En la realización de cada cuadro seguía las impresiones captadas por mi vista en momentos de intensidad. [...] Pintaba sólo los recuerdos, nada añadía, ni un detalle que no hubiera visto. De ahí la simplicidad de las pinturas, su aparente vacío". [...]
"Al pintar colores, líneas y formas vistas de un modo vertiginoso, lo que trataba de obtener es que ese talante vibrara como lo hace un fonógrafo. Éste fue el origen de las pinturas del Friso de la vida".

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